Los primeros días que Linda pasó en mi casa fueron difíciles, pero también muy divertidos y tiernos. Era un animal muy inteligente… ¡y tanto!
Pronto Linda aprendió muchas cosas. Aprendió que si lloraba lo suficiente por la noche, acabaría durmiendo conmigo en mi cama. Aprendió a hacer sus necesidades en lugares específicos… como en la ducha o debajo de la cama. Aprendió a pedir su comida cuando le apetecía.
Podría decirse que… ¡fue ella la que me adiestró a mí! ¿Puedes creerlo? Ahora que conozco mucho más de la psicología canina sé que Linda llegó a mi vida para ponerla patas arriba. Se hizo el ama y señora de mi casa, y en lugar de ser ella mi perrita, yo era su humano tonto.
¡Cuántas personas he conocido desde entonces con el mismo problema! ¿Cómo vas a negarle nada a ese animalito de ojos brillantes que mueve la cola cuando te ve, que te salta encima de puro contento, que te sigue a todas partes y quiere tu compañía y tu amor más que ninguna otra cosa? Así era mi Linda.
Eres un ser humano y amas a los perros. Por tanto, te resulta muy difícil resistirte a los evidentes encantos de estos animales de cuatro patas. A mí me pasó, puedes creerme. Da igual que dé problemas. Da lo mismo que no obedezca órdenes, que no venga cuando lo llamas a no ser que vea comida en tu mano. Da igual que haga sus cosas por todas partes o en los rincones más inaccesibles, que ladre a deshora o —lo que para mí se convirtió en la peor parte de su comportamiento— que tire de la correa.
Muy pronto te contaré algunas anécdotas con este problema… recuerdo muchas. ¡Vaya si lo hago! Pero por ahora quiero que sepas, quiero que entiendas, que pasara lo que pasara yo adoraba a mi Linda, valoraba su compañía más de lo que me molestaban sus malos comportamientos. Sé que lo entiendes: sé que muchas personas con perros van a leer esto y lo van a entender.
En el momento de la verdad, si amas a los perros, todo mal comportamiento es un mal menor en comparación con el amor que un perro te devuelve.
Marcos Mendoza
Creador de Secretos del Adiestramiento Canino