Muchas veces he visto esta clase de situación: llueve a mares, o peor, ¡hay nevada! O hay un viento muy fuerte que parece querer llevarse volando a los más pequeños. ¿Cómo vas a sacar a tu perro a pasear en estas circunstancias?
Bien, hay gente que lo hace, pero la mayoría prefieren no salir de casa. ¡Y es natural! Tanto tu perro como tú mismo estaréis mejor en el calor y la seguridad del hogar que ahí fuera, con una tormenta, ¿no te parece?
Entonces todo el mundo dice “bueno, que haga sus cosas por ahí y ya lo recogeré, es solo una vez”.
¡ERROR!
Nunca, NUNCA puedes decir “es solo una vez” con un perro. Lo natural es que repita una conducta que le resulta cómoda. Es más fácil orinar en el salón cuando tiene ganas, que aguantarse a que sea la hora de salir. Si lo dejas hacerlo “solo una vez”, intentará repetirlo. Estarás fomentando un mal comportamiento.
Vale, ¿y entonces qué?, me dirás. Bueno, entonces lo que tienes que hacer es tener un “retrete para perros” en tu casa, para emergencias.
No me estoy refiriendo a alguna clase de artilugio carísimo, no me malinterpretes. De hecho puede ser una caja de arena para perros, un urinario canino con césped falso, o un puñado de periódicos.
Lo importante es su ubicación: un lugar concreto DENTRO de la casa donde tu perro pueda hacer sus necesidades si hace falta, por las circunstancias que sean. Si le enseñas a hacer sus cosas SOLO ALLÍ, entonces ya no tendrás charcos de orina ni pequeños regalitos marrones por todo el piso de la casa.
Claro, hay que enseñarle que es allí donde puede hacer sus cosas. Para hacerlo necesitas seguir una estrategia de educación. Dispongo de una guía especializada para este tema en concreto, si te interesa:
En esencia, tu perro y tú necesitáis una rutina, y un poco de tiempo. Pero no te preocupes, no es nada complicado.