Zach había parado a reponer la gasolina de su auto cuando vio a la perrita cruzar la carretera. Era de tamaño mediano-grande, y estaba muy sucia y desnutrida. El hombre se enamoró en el acto de ella.
Era evidente que era una perrita abandonada, y Zach descubrió que las autoridades llevaban tres meses intentando atraparla, pero sin éxito. Era demasiado inteligente.
Se puso manos a la obra de inmediato, porque no la dejaría abandonada y sola por más tiempo del estrictamente necesario. Así pues, comenzó a trabajar en darle un buen hogar.
La perrita era sin duda muy lista, y en cuanto vio un movimiento extraño en los cañones cerca de la gasolinera, ya no se dejó ver. Ese era un problema, pero no insalvable. Y es que Zach tenía una herramienta en la que no todos pensarían: utilizó un dron para sobrevolar los cañones y ubicar a la perrita.
¿Sabes lo más mágico? El animal, lejos de tener miedo de aquel aparato que volaba, ¡le encantó! Comenzó a perseguir el dron por todas partes, muerta de curiosidad, y así Zach pudo atraerla hasta una zona más despejada.
El segundo paso de la captura era justamente la peor: conseguir que se metiera en una jaula para atraparla. Eso le costó varios días, porque la perrita sabía muy bien que aquello era una trampa. No obstante, el hambre la llevó a entrar en la jaula para comerse el cebo, y ¡zas! Ya estaba.
Zach no tardó nada en ganarse la confianza de Haseya después de aquello. Visita al veterinario, baño completo, buena comida… eso era todo lo que le esperaba a la perrita. Y luego, claro, ir a casa. ¡Era un viaje de veintiséis horas!
El hombre temía que no se fuera a llevar bien con sus gatos y perros, pero el miedo era totalmente infundado. Haseya conectó inmediatamente con su gato canela, Jack, que se convirtió en el acto en su mejor amigo y su hermano pequeño. Desde el minuto 1 lo hicieron todo juntos, hasta observar a los pájaros.
Haseya también conectó bien con Marble, que adoptó a la perrita como su alumna y empezó a enseñarle a ser un perro de verdad. Y Haseya, una alumna aventajada, ¡aprendió en seguida!
Marcos Mendoza
PD: Si quieres conocer más historias como esta, no dudes en pasarte por mi página.