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¿Cómo le enseñas cosas a un niño? Sabiendo cómo piensa y aprende, ¿no? Pues lo mismo pasa con los perros. Es pura psicología.

Está claro que la psicología canina importa, y si no, piensa en esto: ¿cómo vas a moldear el comportamiento de un perro, cómo le enseñas lo que quieres que haga, si no entiendes cómo funciona su mente, por qué hace las cosas que hace y como las hace? Tienes que comprender, tienes que entender cómo funciona, ¿no te parece lógico? ¿Y cómo?, te preguntarás. Bueno, ya sabes la respuesta a esa pregunta, ¿no? Psicología canina.

¡No te apures! En realidad, resulta una disciplina fascinante, y para enseñarle cosas a un perro no tienes que estudiar largos y tediosos manuales sobre psicología. De hecho, es tan fácil como jugar con él diez minutos, y ambos aprenderéis sobre la marcha.

 

Así que ya lo sabes. ¿Quieres saberlo todo sobre tu perro, y cualquier otro? ¡Pásate por aquí y echa un vistazo!

Imagina conmigo.

Es temprano y suena el despertador. Te gustaría quedarte en la cama, pero hay que comenzar el día: hay mucho que hacer. De modo que te destapas y con los ojos cerrados buscas tus zapatos de casa. Entonces, mientras lo haces, pisas algo húmedo… ¡Pero qué…!

Te despiertas de inmediato y con mucho asco. ¡Acabas de pisar un charco de orina! ¡¿Dónde está ese perro?! Muy inteligentemente el canino ha desaparecido y no se le encuentra en la habitación. ¡Ya se enterará!

Intentando olvidar lo que has pisado encuentras una zapatilla y te la pones, para ir a la pata coja hacia el cuarto de baño, donde podrás lavarte.

Y entonces… ahí está: justo en medio del corredor, un bonito regalo marrón, todavía caliente y humeante. ¡Qué asco! Tratas de esquivarlo, te ocuparás luego… Vas a la pata coja, ¡es muy difícil!

¡De pronto te resbalas! ¡Plas, al suelo! ¡Había otro charco de orina junto al sofá! ¿¡Qué clase de animal tiene tanta orina dentro!? Agotado de nuevo apoyas la cabeza en el sofá, rodeado de pis y caca, y entonces el perro se acerca alegremente para lamerte la cara.

Es una situación esperpéntica, ¿verdad? Pues creo que no te sorprenderá saber que es muy común… mucho más de lo que me gusta.

El problema está en que no pensamos nunca en enseñarle a un perro a hacer sus cosas en un sitio concreto. No le decimos dónde está bien, así que… ¡lo hará donde quiera! ¿No crees que tiene sentido? ¿Y no tiene todavía más sentido que le enseñemos a hacerlo?

»Infórmate Aquí«

Los perros aprenden deprisa y quieren hacerlo. ¿Por qué no complacer su necesidad de aprendizaje… y además nos ahorramos disgustos como estos?

Marcos Mendoza