Muchas razas tienen una reputación terrible, pero ninguna supera al agresivo, peligroso y maligno American Pitbull Terrier. ¿Verdad? Porque es una raza que nace con la maldad dentro, son pequeños demonios de mandíbulas fuertes que disfrutan con el sabor de la sangre.
No. Sinceramente, no. Porque si así fuera, no pasarían cosas como la que te voy a contar.
Chief era un American Pitbull, y vivía en Filipinas con su familia, en Cagayan de Oro. Era febrero y hacía frío en la calle, razón por la que todos estaban recogidos en casa… incluyendo a una cobra.
La serpiente se había deslizado dentro, tal vez en busca de un rincón donde cobijarse, y no vio con buenos ojos que María Fronteras y su abuela la vieran y se asustaran.
Al primer grito de sus humanas, Chief salió disparado del salón y entró en la cocina, donde en seguida vio a la cobra, con la corona abierta y la cabeza levantada, amenazando a María y la anciana.
El pitbull actuó de inmediato. Ladró para distraer a la serpiente, y esta cayó en la trampa. Se giró hacia él, y atacó.
Chief recibió el mortal mordisco en el hocico, pero agarró a la cobra y la sacudió para matarla y proteger a su familia. La serpiente estaba muerta, pero el daño ya había sido hecho: el pitbull se tambaleó, herido.
María llamó al veterinario y a su marido. Uno le dijo que no había nada que hacer, que no había tiempo, pues la mordedura estaba demasiado cerca del cerebro. El otro llegó justo a tiempo para ver al perro acostado, mirándolo con adoración, como diciendo «¿Lo he hecho bien?”. Chief movió la cola una última vez, y después murió.
Así pues, no: los pitbull no son por naturaleza perros malvados y agresivos.
Marcos Mendoza
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