Uno de los delitos más repugnantes de nuestra historia es la pedofilia… y su hermana pequeña, la pornografía infantil, no queda muy lejos. Los criminales que producen y consumen esta clase de contenido son muy difíciles de detectar, se ocultan a plena vista y nunca mirarías a uno de ellos con sospechas.
Aquí es donde entra en juego Kimo, el labrador retriever de Pensilvania, que ha sido adiestrado para encontrar un olor muy particular: el de la electrónica.
Así como otros perros policía detectan bombas o drogas, Kimo está entrenado para percibir el olor de tarjetas SD o dispositivos USB que estén bien escondidos. Este perro no te señala un posible pedófilo, pero, sin él, muchas veces no habría evidencias contra los sospechosos.
Lo que hace Kimo es explorar la casa de alguien detenido por posible pedofilia o pornografía infantil, y buscar esos dispositivos electrónicos que estén demasiado ocultos… llenos, posiblemente, de cosas que el sospechoso no quiere que nadie vea.
Este labrador ha encontrado pequeñas tarjetas de memoria ocultas, por ejemplo, en latas falsas, o incluso detrás de los enchufes. Gracias a sus esfuerzos, estas pruebas han salido a la luz… y estos criminales han sido llevados a prisión.
Este es uno de los muchos ejemplos de lo que puede conseguir tener un perro en las fuerzas policiales. Hay personas que inventan locuras como que a los rastreadores de drogas se les DROGA para que puedan encontrarlas, lo cual no tiene ningún sentido, pero quien lo cree es porque no concibe la idea de que los perros trabajen. ¿Es que no son los bebés de la casa, los principitos mimados, cuyo único deber es ser adorable?
Bueno, déjame decirte algo: los perros no son peluches, son perros, y les encanta sentirse útiles. Darles un trabajo (como perro policía, o cargando un arnés con una botella de agua en el paseo) es de lo mejor que puedes hacer por ellos.
Marcos Mendoza
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