Muchas de las historias sobre héroes caninos, sobre todo soldados o policías, se remontan a la segunda guerra mundial, por lo menos, y parecen algo lejano. Hoy, no obstante, te quiero hablar de una heroína peluda en el año 2012:
Se trata de Lucca, una hembra de pastor alemán que servía en la marina estadounidense. Aunque su humano no era un soldado, sus dotes como rastreadora eran tan buenas que la adiestraron para buscar bombas. En Afganistán cumplió más de cuatrocientas misiones con éxito, salvando incontables vidas al detectar a tiempo las bombas que los enemigos habían plantado.
Fue en efecto una heroína como pocas, pero incluso una perra bien entrenada como ella puede tener un desliz. Un día, pasó demasiado cerca de una bomba casera. Quizá los componentes eran distintos, o su olor estaba enmascarado. Sea como sea, sucedió: explotó a sus pies, y Lucca recibió el impacto de lleno. Una de sus patas quedó completamente destruida.
El destino quiso que un soldado estuviera cerca en aquel momento, siguiéndola, y saltó en su auxilio. Aquí está el segundo héroe de esta historia: Juan Rodríguez le hizo un torniquete, cogió a la perra en brazos y la llevó corriendo hasta un lugar seguro.
Durante días, el soldado se quedó con la perra día y noche, para asegurarse de que siempre estuviera atendida y nunca se quedara sola. El dueño de Lucca está seguro de que su perrita no hubiera vuelto a casa de no ser por el incansable cuidado de Rodríguez.
Pero tuvo esos cuidados, así que cuando estuvo lo bastante fuerte, Lucca regresó con su familia. Había terminado su trabajo, y ahora solo le quedaba disfrutar de su vida. Puede que ahora tuviera tres patas, ¡pero le quedaban muchas ganas de vivir! Incluso recibió una medalla, entregada solo a los mejores perros soldado, por su valor y su servicio, y por todas las vidas que salvó.
Marcos Mendoza
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