Muchas personas sienten una enorme lástima si saben de un perro que es sordo y ciego, y obviamente no lo quieren tener, porque… ¿cómo van a hacer nada con él? ¿Cómo van a enseñarle? ¿Cómo van a relacionarse con él? No puede ver a sus humanos, tampoco puede oírlos llamar. ¿Cómo va a interaccionar con el mundo?
Este es el caso de Maisie, una pastor australiana que nació ciega y sorda a causa de un defecto genético que surge de manera casi invariable al cruzar dos perros con manto merle (algo que se podría prevenir 100%). Fue encontrada en la calle, abandonada por sus defectos, sola en un mundo que no podía ver ni oír.
Estuvo en la protectora por un tiempito muy corto, porque Haley se compadeció de inmediato de ella y la adoptó. No fue fácil al principio, porque seguimos con el mismo problema… Maisie no podía relacionarse con el mundo. ¿O sí?
Lo cierto es que Maise seguía oliendo perfectamente… ¡y tenía buen ladrido! Pese a sus limitaciones, ella lo olisqueaba todo, lo intentaba reconocer todo, era juguetona y una exploradora nata. Y así, Haley decidió que no se contentaría con tener una comunicación nula con su perrita.
¿Sabes lo que hizo? Le enseñó a comunicarse mediante el contacto.
Haley comenzó por enseñarle a sentarse al tocarle el final del lomo, un pequeño contacto y pup, Maisie se sentaba, porque sabía que eso significaba un premio. Le enseñó después a acostarse, a dar la patita, a saltar sobre algo, o a bajar de él.
Maisie nunca oiría la voz de su humana, y nunca vería su rostro, pero sin duda conoce su contacto y su olor, y eso es suficiente. ¿Qué más va a necesitar? Solo la paciencia y el amor de Haley, y eso lo tiene desde el primer día.
Marcos Mendoza
PD: Si quieres conocer más historias como esta, no dudes en pasarte por mi página.