Es importante que siempre mantengas bien cuidado a tu fiel amigo, eso implica alimentarlo correctamente con comida adecuada a su tamaño y necesidades, agua, y además dedicarle tiempo de juegos o entrenamiento, tiempo de calidad a tu lado, y por supuesto sacarlo a pasear varias veces al día, teniendo en cuenta las necesidades de tu perro.
Pero si durante el año todo esto es fundamental, sus cuidados en verano se intensifican, pues ellos también padecen calor, y pueden llegar a deshidratarse incluso.
Estate pendiente siempre de su cuenco para que nunca le falte agua fresquita durante el día. Además, si tu perro pasa la mayor parte del tiempo en el jardín, asegúrate de que siempre cuente con un espacio a la sombra, donde pueda refugiarse de los terribles rayos de sol.
Lo mismo si salís a dar largos paseos, procura pasear a la sombra o ir intercalando sol con sombra, es lo mejor tanto para ti como para tu perro.
Por último haz de tener en cuenta que con el calor nuestros queridos amigos tienden a comer menos, por lo que es fundamental que vigiléis que está bien alimentado y con fuerzas.
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No olvides que tu perro necesita tus cuidados, pero en verano son más vulnerables, y ya que ellos no pueden decirte lo que les ocurre es tu labor fundamental prestarles más atención.